Madrid, Opinión

¿Por qué la hucha de las pensiones se agota?

El Real Decreto Legislativo 8/2015por el que se aprueba el vigente texto refundido de la Ley General de la Seguridad Social regula en sus artículos 117 a 127 la materia relacionada con el Fondo de Reserva de la Seguridad Social.

Tal y como prescribe el texto refundido, la Tesorería General de la Seguridad Social constituirá un Fondo de Reserva de la Seguridad Social con la finalidad de atender a las necesidades futuras del sistema de la Seguridad Social en materia de prestaciones contributivas, en la forma y condiciones previstas en la presente ley.

Pues bien, estos días se han hecho públicos los datos actualizados de la conocida como «hucha de las pensiones», es decir, de las reservas destinadas al pago de las futuras necesidades de la Seguridad Social. Los números son preocupantes.

La Seguridad Social, nuevamente, ha tenido que echar mano de este necesario colchón económico, fruto del ahorro y sacrificios colectivos del pasado, de cuando la economía caminaba por la senda del crecimiento en España. El nuevo mordisco a la hucha del ahorro, constituida por el Fondo de Reserva, se eleva a otros 8.700 millones de euros. Esta cifra supone la mayor cantidad de dinero utilizada hasta ahora por el Gobierno para pagar las pensiones.

Como se aprecia en el gráfico que ilustra este artículo, vemos la espectacular caída desde los máximos alcanzados en 2011 cuando se superaron los 66.800 millones de euros, hasta el presente ejercicio, cuya cantidad total ha disminuido hasta dejar la cantidad disponible del Fondo de Reserva de la Seguridad Social en 25.176 millones de euros. Según las previsiones analizadas, de continuar el actual ritmo de gasto, la hucha de las pensiones se quedaría a cero a finales del próximo año.

Los datos apuntados reflejan una situación grave. Sin duda, la descapitalización del Fondo creado para atender a esas posibles necesidades futuras en materia de prestaciones sociales, unido a otras no menos inquietantes realidades, como el envejecimiento de la población y el descenso de la natalidad, el excesivo porcentaje de desempleo (por encima del 20%), o la elevada deuda pública (cerró el primer trimestre del año en el 100,5% del PIB, su nivel más alto en más de un siglo), originan una tormenta casi perfecta con consecuencias preocupantes en el ámbito de la economía en general y de las prestaciones públicas (incluidas las pensiones) en lo particular.

Es cierto que la economía en España parece mejorar, volviendo a tasas de crecimiento, de las más altas en Europa. También es un hecho que se ha logrado disminuir la tasa de desempleo. Sin embargo, se sigue gastando más dinero público del que se ingresa. El Fondo de Reserva de la Seguridad Social se encuentra bajo mínimos y la deuda pública sigue creciendo.

Así, las cuentas públicas, ni cuadran ni cuadrarán.

@Lacaciabogado

Abogado y Consultor

2 julio, 2016

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *