Madrid, Opinión

Aragón sigue siendo nuestro Ohio

Con los resultados del 26-J en la mano, una conclusión es fácil: Aragón sigue siendo nuestro particular Ohio.

Desde las presidenciales de 1964, el candidato que se impone en el Estado de Ohio termina en la Casa Blanca. Ohio es uno de los ‘swing states’ existentes en EEUU, es decir, aquellos distritos electorales en los que la competencia política es más intensa y no existe un dominador claro, pudiendo ser el ganador de un partido u otro en cada elección.

En España ocurre algo parecido. Desde las primeras elecciones democráticas (1977), quien gana en Aragón, gana las elecciones generales. Algo que se ha ido mejorando en las últimas citas electorales, pues no solo el partido ganador es el mismo, sino el orden electoral, algo que no sucedía anteriormente.

Aragón es un fiel reflejo de lo que pasa en el conjunto de España, como indica el equipo Piedras de Papel en el prólogo de su libro Aragón es nuestro Ohio. En las Cortes aragonesas se produce un reflejo de la pluralidad política española, tanto en el plano ideológico (escala izquierda-derecha) como en el plano territorial. A los partidos de carácter nacional (PP, PSOE, Podemos, C’s e IU) se suman los partidos de carácter regionalista aragonés (Partido Aragonés, de centro-derecha; y la ChuntaAragonesista (ChA), de izquierdas).

Por otro lado, las tres circunscripciones electorales de Aragón son también un reflejo de lo que ocurre en el conjunto de España, ya que combina una circunscripción mediana y dos pequeñas.

El 26-J no podía ser de otra manera y Aragón fue el termómetro electoral de España, sin sorpasso de Unidos Podemos y con una victoria clara del Partido Popular, tal y como ocurrió el 20-D en esta misma comunidad autónoma.

clubviernes-19@DavidLagarejos

Socio Fundador de El Club de los Viernes

2 julio, 2016

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