Mi pasión viajera me ha llevado este 4 de Julio a EEUU. Concretamente a San Francisco, en el estado de California. Enclavada en la costa oeste y bañada por el Océano Pacífico. Aquí he podido vivir en mis propias carnes, poniendo la piel de gallina, como los norteamericanos viven con pasión su fiesta nacional.

Lo celebran en los parques públicos haciendo fiestas donde invitan a participar a los turistas, en las calles adornando sus farolas, en las casas enarbolando con orgullo su bandera, haciendo barbacoas en las calles y en general y más importante, sin avergonzarse ni renegar de sus símbolos. Se visten de arriba a abajo con prendas que lucen la bandera de EEUU. Y lo hacen sin complejos, más bien todo lo contrario.

En la bahía de San Francisco, concretamente en Fisherman’s Wharf, en el muelle 39 del puerto, a las 21:30 horas se celebran los fuegos artificiales con los que se pone broche al día de la Independencia de los Estados Unidos de América. He sentido orgullo y envidia en partes iguales. Ambos sentimientos, como es costumbre en mi, desde el punto de vista positivo y constructivo.

Orgullo de ser español a 15.000 kms, orgullo de querer a mi país y más cuando me encuentro lejos de él y orgullo cuándo, la gente te pregunta de dónde eres y al decir España decirte todos que su sueño sería visitarnos, y en algunos casos, vivir en nuestro país. Y envidia de ver a otros ciudadanos de otras partes del mundo, en este caso californianos, enorgullecerse de su fiesta y su bandera.

Defender lo suyo con ahínco y coraje, con estado de patria y de nación, en contra nuestra, que en muchos casos nos da vergüenza mostrar signos de la bandera española. Por no hablar de nuestro día de la Hispanidad, dónde hemos llegado a escuchar silbidos a nuestra bandera. Dónde algunos representantes legítimos del pueblo se niegan a asistir a la recepción con los Reyes en el Palacio de la Zarzuela y ver el desfile de las fuerzas armadas.

Cuánto nos queda por aprender, cuánto les queda por aprender a nuestros gobernantes, y que conste, que no soy de los ciudadanos españoles expatriados que cuando llevan un tiempo fuera de España todo lo español es malo y lo del país donde están viviendo lo mejor. Para mi España siempre será España esté donde esté y viva donde viva. Y, por supuesto, vivo en España.

@pacocecilio