Otro papelón. Los ciudadanos vascos tenemos nueva cita electoral. El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha anunciado que las elecciones autonómicas vascas se celebrarán el próximo 25 de septiembre. Urkullu ha optado por adelantar los comicios vascos con la finalidad, dice, de esquivar en lo posible el «clima de inestabilidad que se ha instalado en la política nacional por las dificultades para formar Gobierno».

Lo cierto es que éstas elecciones no van a ser cualquier cosa en lo que al desplazamiento y afianzamiento de fuerzas políticas se refiere. Nos enfrentamos a una situación en la que nuevos actores pueden dar un giro ‘radical’ al espectro político vasco.

A nadie se le escapa que en las últimas Generales el PNV perdió un diputado y 15.000 votos, siendo desbancado por Podemos de su principal feudo electoral: Vizcaya. Y a nadie se le escapa tampoco que Podemos y EH Bildu puedan llegar a algún tipo de acuerdo de gobierno… y que las cifras que arrojan las encuestas confirman que podrían hacerlo con la pasividad del partido de Urkullu.

Así, nos vamos a encontrar con un PNV que ganará las elecciones -no sabemos por cuánto margen- y a dos formaciones claramente radicales y secesionistas en segunda y tercera posición. Si el vuelco electoral podría ser traumático, no lo sería menos ver a Otegi de lehendakari, apoyado por Podemos, camino de hacer viable el sueño abertzale de romper España mediante un referéndum de autodeterminación. Así lo ha confirmado el propio Otegi hace unos días cuando afirmó que «esta no va a ser una campaña al uso, sino que va a ser una oportunidad histórica para empezar a caminar hacia la soberanía nacional y social”

¿Y EL RESTO?

El verdadero motivo de lo que pueda suceder en el País Vasco es el debilitamiento del constitucionalismo. A la prácticamente segura desaparición de UPyD, habría que añadir un descenso importante del PP -a los 6 escaños seguramente- y una entrada en caída libre del PSE-PSOE. De esa situación de debilidad manifiesta de los partidos constitucionalistas, de incapacidad real de confrontación política, surge esa fuerza del separatismo que puede generar nuevos escenarios sin oposición en el Parlamento Vasco.

Nos enfrentamos a unas elecciones muy especiales, en las que los separatistas y sus aliados populistas podrían lograr que España llegase a ser totalmente diferente a como la conocemos hoy en día... o que el PNV afronte la situación sumándose al constitucionalismo para detener el asalto a esta España debilitada que también es su casa.

@yolandamorin

AITEK (Asociación de Informadores de Turismo de Euskadi)