Madrid, Opinión

3 razones y 1 obra de caridad para votar por Trump

El próximo martes 8 de noviembre, se celebrarán las 58as elecciones presidenciales en los Estados Unidos de América.

Yo también creo que ya es hora de volver a hacer a América grande otra vez, por eso les presento las tres razones fundamentales por las que votaría por Trump si fuera norteamericano.

Liderazgo

Uno de los grandes problemas actuales de las democracias occidentales, es la escasa o nula capacidad de liderazgo de sus altos dirigentes políticos. Si el liderazgo y la capacidad de generar entusiasmo en el electorado no fuera un problema, los populismos en Europa no tendrían el público que tristemente tienen hoy.

A pesar de toda la maquinaria mediática progre estadounidense sazonada con los dizque artistas de Hollywood, siempre dispuestos a suicidar a los Estados Unidos como nación, el liderazgo de Donald Trump ha conseguido penetrar en una sociedad que no ha dudado en movilizarse bajo grupos de apoyo tan singulares como BlacksforTrump, Latinos withTrump, MuslimsforTrump o JewsforTrump.

Vehemencia sin hipocresía

No es de extrañar que un creciente voto latino o hispano sea favorable a Trump. La gran decepción de los latinos en la política estadounidense tiene nombre y apellidos: Barack Hussein Obama. No exageran aquellos que llaman a Obama “deportador en jefe”. Con 2,8 millones de personas deportadas, se puede afirmar que ningún presidente ha deportado a más inmigrantes que Obama en la historia de los EE.UU.

Aquellos que se rasgan las vestiduras con la retórica de Trump, justifican las millonarias deportaciones de Obama. Es necesaria una reforma migratoria que proteja los derechos de quienes entran en los EEUU a trabajar y ponga coto a aquellas mafias que hacen negocio con el tráfico ilegal de personas.

Seguridad internacional

A Occidente le han declarado la guerra. Una guerra que, al no querer afrontar, están trayendo hasta nuestras casas. Una redacción en París, un aeropuerto y una estación de metro en Bruselas, un paseo marítimo repleto de familias en Niza, una sala de conciertos en París oel transporte público de Londres, se han convertido en el improvisado campo de batalla donde el Yihadismo pretende destruir nuestra cultura, costumbres y forma de vida.

Occidente no puede soportar otros 8 años de ausencia en política exterior de la primera potencia mundial.

Siria, puntal estratégico por donde comenzar a neutralizar al Estado Islámico, se desangra en medio de una guerra civil mientras la amenaza del yihadismo sobrepasa sus fronteras.

Mientras Rusia apoya al presidente sirio Assad (un personaje con sus luces y sombras, pero elemento fundamental para la agenda estratégica internacional de Occidente), la postura dubitativa de los EEUU se traduce en muertos y en el avance de la amenaza yihadista.

Una buena sintonía entre Moscú y Washington resulta fundamental para poder afrontar los retos que la guerra contra el terrorismo plantea en los próximos 4 años, y en este sentido, es vital un cambio de interlocutores en la Casa Blanca.

La amenaza u obra de caridad

Si estas tres razones no le convencen para dar su apoyo a Trump, apelaré con las mismas armas que los malos políticos: el sentimentalismo y la amenaza.

Hace unos días, la cantante Madonna se ofreció a practicar sexo oral a todos los hombres que votasen por Hillary Clinton.

Si la familia de esta pobre señora que ha perdido la cabeza no tiene piedad de ella y no la pone bajo supervisión médica, ténganla ustedes y voten por Trump; estarán evitando que una anciana se prostituya.

Por otra parte, cualquiera podría decir que Madonna está haciendo campaña por el voto masculino a favor de Trump: ¿acaso alguien no lo votaría tras imaginar a una abuela realizándole una felación?

La oferta de la reina del pop, como amenaza, no tiene precio.

7 noviembre, 2016

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