Atrás ha quedado lo peor de la crisis económica, aunque no se haya despejado definitivamente el horizonte. Y atrás ha quedado esa época en la que los conductores que montaban en sus vehículos neumáticos seminuevos lo hacían con un cierto pudor, con un (tal vez) comprensible recelo al “qué dirán”.

Las cosas han cambiado mucho en poco tiempo. Y así se entiende el éxito de empresas distinguidas que proliferan por doquier con unos criterios de exigencia y profesionalidad muy altos. Es el caso de la ‘Milla 0’. La compañía, en apenas unas semanas, y ubicada estratégicamente en la Avenida Nuevo Mundo de Boadilla del Monte, ha conseguido súbitamente hacerse con clientes que de ordinario iban a buscar este servicio al cinturón sur de Madrid (Parla, Gefate, Fuenlabrada).

Quizá, como asegura su gerente, Sandra Romero, ésa es una de las claves de su éxito: “ofrecer la calidad de la zona norte-noroeste (Las Rozas, Pozuelo, Majadahonda, Boadilla) con los competitivos precios del sur”.

El cliente que apuesta por los llamados kilómetro 0 se ha transformado. Ya no hay esa pueril vergüenza del que, ocasionalmente, llegaba al taller con un flamante 4×4 y argumentaba que no montaba nuevos porque iba a vender el coche, aunque en realidad no fuera así.

Con una vida útil de un 90%, en ‘Milla 0’ se puede sacar tanto un utilitario, como un SUV, como un alta gama, como una furgoneta (incluso una moto), con descuentos que rondan el 50%. En primeras marcas y con un asesoramiento individualizado y cita previa: las esperas forman parte del pasado o de otras ofertas.

En esta compañía incipiente, que ha despertado el interés y se ha convertido rápidamente en polo de atracción en el sector, apuestan más por el volumen que por los márgenes, de ahí que sean extremadamente competitivos para un cliente al que se brindan las alineaciones y convergencias de todos los modelos de mercado. Como apuntala Sandra Romero, “contamos con los software informáticos más avanzados porque es la única manera de garantizar 100% nuestro trabajo. Es en lo que creemos y ése va a ser nuestro camino: la máxima exigencia con nosotros mismos”.