Madrid

Estoy fresco y… digo lo que pienso

Expresión  castiza que quiere indicar la dificultad/imposibilidad de conseguir lo que se desea. A veces me quejo de animadversiones, exclusiones, «listas negras».perjuicios profesionales y de vida, en suma, de los que me considero victima. Y no me doy cuenta de que estoy, o yo mismo me he situado con mi trayectoria y lo que creo culto a la verdad, fuera de órbita, salvo para el puñado, cada vez mas reducido, de los que piensan y sienten como yo, en mi lema «Dios, Patria, Honor, Familia, Fueros y Rey», aunque de todo eso quede tan poco en su perfil mas respetable.

Por lo demás, y sin salirme de lo dicho, tengo la manía de oponerme, creo que con claridad y gallardía, a cuanto me molesta, lo que evidentemente cuesta caro, en lo que se refiere que cuenten con uno para los foros y tertulias de opinión. En ellos/ellas se eligen sus participantes según los deseos/ordenes de oscuras personas, colectividades o grupos, con los que conviene no meterse ni criticar. Pero lo he hecho, lo hago y, si puedo y me dejan, lo seguiré haciendo. Y si no pues a atenerme a la frase castiza de «estoy fresco».

Para empezar, soy católico practicante y español por encima de lo que en estos tiempos parece ser, o intentan que lo creamos así, valor primario: ser demócrata. Esa gran falacia llamada democracia en cuyo nombre se perpetran los mayores barbaridades y omisiones, eso si, sin violencia. Esa democracia que Winston Churchill denominó acertada y resignadamente como «lo menos malo», necesitada de honradez para su ejercicio y derecho. Ya vemos que la han convertido en el indeseable paraguas de toda clase de abusos, ofensas, calumnias, ensañamientos, corruptelas, falsa justicia y abandono de toda clase de valores religiosos, patrióticos y familiares.

Falsa porque para nada existe la soberanía del pueblo, ni la representativa ni la directa, totalmente engañadas ambas por demagogos y abusones de la representación. Ni menos existe la libertad, esa «santa odiosa», en cuyo nombre tantos crímenes se cometen (Chateaubriand). Libertad que solo sirve de instrumento para cuatro politicastros y cuatro «periodisticastros», amparados unos en los votos de las canallas «listas cerradas» para amiguetes y , los otros, en la gran falacia del «secreto de las fuentes».

¿Se ha detenido usted, querida persona media, a pensar para que demonios le sirven las libertades democráticas? ¿Para leer y escuchar toda clase de especies y mentiras o manipulaciones que se les ocurren  a profesionales amparados y esclavizados por entes poderosos en lo que llamamos «libertad de expresión»? ¿para acudir sumisamente a manifestaciones, algaradas o citas de cualquier clase, convocadas por no sabe quién ni para qué en realidad? ¿Para votar ingenuamente cada cuatro años contra el imperio de las listas cerradas? Créanme amigos, mas nos valdría estar bien y honestamente mandados que democráticamente engañados y sometidos.

En fin, que efectivamente,»estoy fresco», porque ademas, no me gustan los EEUU de America, dueños y señores del mundo, para quienes las Patrias de los demás son menos respetadas que las colonias de antaño y tratadas mejor o peor solo en función de la sumisión a sus impresentables propósitos geoestratégicos y económicos. No me gustan los judíos, cuyas minorías todopoderosas en los países mas importantes de la tierra, se ocultan tras ese enredador Estado de Israel, en el que se guarecen tan solo unos pocos de hebreos descolocados, que los demás bien contentos siguen siendo «ciudadanos selectos y dominadores sociales» allí donde les interesa, lejos de Israel.

No me gusta el feminismo excesivo y abusivo, ese que a fuerza de falso igualitarismo con el varón ha acabado hasta con el ultimo vestigio de tan respetables palabras y expresiones como «dama»,»señora»,»esposa duradera» e imprescindibles «amas de casa y familia», para  dar paso a tantas jóvenes y maduras descreídas, ateas, malhabladas y voluntariamente harapientas, sin la menor mentalidad  de crear y mantener familias. No me gusta la demagogia. Y, para  colmo nacional, no me gusta el Real Madrid, ni la sumisión al mismo del mas alto porcentaje del periodismo deportivo.

Asi que, queridos amigos, ya me dirán adonde voy, pobre de mi, sin creer en la democracia, en los judíos, en la demagogia, en el liderazgo de los EEUU, en el feminismo excesivo y abusivo y en el Real Madrid.

                                       Manuel Monzón, que «esta fresco»

18 diciembre, 2016

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