Opinión

¿Es el IPC lo que nos cuentan?

 

Una cosa es la tasa de variación del IPC y otra cosa es la inflación. Siento fastidiar así al personal, incluidos colegas de profesión. Pero sin embargo es verdad que la tasa de variación del Índice de Precios al Consumo nos puede dar una pista -si uno lee por debajo- de que la inflación está empezando a tomar un  rumbo bastante más acelerado de lo que los meros datos están dando a simple vista.

¿Por qué distingo la tasa de variación del IPC de la tasa de inflación? Porque la tasa de inflación es la tasa de variación de todos los precios, no sólo de una cesta o un grupo.

¿Qué está pasando (como pasó por ejemplo en otras épocas en 2004-2005-2006) en el sector inmobiliario? ¿Qué está pasando con los precios de las casas? Ya no están bajando, están subiendo. Y en algunos sitios -dependiendo de las zonas-  no están subiendo al 1 o al 0,8%, están subiendo hasta 2 dígitos.

¿Qué está pasando en otros sectores que aquí no se está viendo? ¿Qué es lo que nos señala el IPC? Si yo miro solo el subyacente (sin precios de la energía y alimentos , que es el núcleo duro de la inflación)  en 17 meses se mueve a tasas entre el 0,8 y el 1,1. Es decir, está en 17 meses moviéndose en un entorno del 0,9-1%. Por tanto se ha mantenido muy estable la subyacente. Si hemos tenido buena experiencia fundamentalmente ha sido por cuestiones de energía, hidrocarburos y también por bajadas en precios de alimentos, que es verdad que se han producido puntualmente.

Si uno mira lo que ha pasado en la inflación en general, es decir, incluyendo también esos otros componentes, la variación fundamental se da en los meses entre junio-julio hasta noviembre. Si uno compara junio-julio hasta noviembre del 2015 con el componente de junio-julio hasta noviembre de 2016 se observa que mientras en aquel periodo las tendencias eran o bien a la baja o bien a mantenerse en situaciones estables (estoy hablando de tasas anuales)  en 2016 aunque ha habido datos negativos como por ejemplo un -0,6% en julio, ya en agosto era un -0,1% y era positivo en septiembre. Es decir, la tendencia ahí era continuamente -al contrario de la otra- hacia la subida.

El mes de diciembre ha sido extrañamente fuerte, raro. Pero lo que quiero decir es que si tú miras desde abril que estábamos en el -1,1% hasta diciembre (no es un año) y tenemos una tendencia de subida próxima al 3%.

A mí me parece que lo que está reflejando la cesta de consumo que nos da un Índice de Precios al Consumo que nos da esa tasa de variación que de alguna manera intenta reflejar la variación del nivel general de precios, está diciendo que cuidadito porque las cosas no parecen estar como dicen.

Un 1,6% de inflación en diciembre significa que el señor que se situaba en enero de ese mismo año ha perdido una capacidad de poder adquisitivo del 1,6% respecto a esos bienes de cesta por cada euro que entrega. Es decir, tiene 1 euro con un 1,6% menos de capacidad adquisitiva. Luego es verdad que tus ingresos en términos monetarios (provengan de lo que provengan) si se han quedado cero han perdido esa capacidad de poder adquisitivo.  Entiendo lo que intentan decir sobre que hay un cierto peso de que no ha sido continuamente durante todo el año, pero si tú te colocas hace un año y miras a diciembre del año pasado, hemos perdido esa capacidad de poder adquisitivo que de no haber sido retornado de alguna manera pues se pierde.

Pero en absoluto estoy abogando porque haya que volver a indexar todo. El peligro político es que se piense eso. Sería tener sólo en cuenta una pequeñísima variable de lo que en realidad afecta a los salarios, a las pensiones… es no querer tratar los problemas de fondo.  Y las cuestiones de fondo son: lo que tira de los precios al alza son los carburantes, los viajes, la electricidad, alimentos y hortalizas.

Es importante que la gente entienda que en economía arrastramos muchísimos errores, pero uno de ellos es que los costes determinan los precios. Es decir, sube el barril de petróleo y entonces sube la gasolina. Eso no es así. Si sube el barril de petróleo eso es un coste de la parte de la oferta, el precio final viene determinado por otras cosas. Por ejemplo: la estructura de la distribución ¿Qué ha ocurrido con la estructura de la distribución de carburantes en nuestro país en los últimos años? ¿Se ha incrementado el grado de competencia? La respuesta es sí, pero sólo un poco ¿Cómo es que sube solamente un poquito el barril de petróleo y las petroleras lo repercuten de la manera que lo repercuten? Es decir, no traten de justificarnos el incremento de los costes, de los precios en origen o como quieran llamarlos por el incremento de los precios finales.

Lo mismo con los viajes. Aquí tenemos un ejemplo de cómo matar la gallina de los huevos de oro subiendo precios  de un sector que está funcionando bien.

No digamos nada con los precios agrarios, que son escandalosos: las legumbres, las hortalizas… lo que menos expuesto está a la competencia.  Todo eso son cosas que hay que mirar por debajo y que no se miran.

@lodares

Economista

20 enero, 2017

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