La primera vez que llegó a mis oídos que la presidencia del PP de Madrid sería elegida bajo el principio de “un afiliado un voto”, reconozco que la idea no me causó demasiado entusiasmo. No es que no sea fan de las elecciones primarias o de consultar a la militancia cuestiones relativas al ideario o a la forma de organización del Partido, al contrario. Pero sí es cierto que, tras ver las guerras fratricidas en PSOE y Podemos, y las campañas de tierra quemada que suelen traer consigo este tipo de procesos, era lógico el recelo de cualquier analista y más de un militante de base.

Este tipo de procesos en PSOE y Podemos, los caracteriza una división de pareceres tan fuerte, que lejos de movilizar a los afiliados, generar ilusión entre los simpatizantes e invitar a la participación al electorado, conseguían crear desafección entre los votantes y en la sociedad en sí hacia el propio partido, además de proyectar una imagen antipática que en nada beneficia a ningún candidato a futuro.

Tras una campaña electoral muy elegante por parte de los dos candidatos (sólo empañada esta mañana por parte de Luis Asúa, cuando denunciaba unas «presiones a pie de urna» de las que hasta ahora nadie ha tenido noticia), y con una participación del 74,8% de los inscritos, Cristina Cifuentes ha ganado las elecciones del PP de Madrid.

Si el candidato perdedor no ha tardado en coger el teléfono y felicitar a la ganadora (como así ha anunciado por Twitter), Cifuentes tampoco ha querido esperar para enviar un mensaje de unidad tras estas elecciones. Con un descriptivo “Cuento con todos”, la futura presidenta del PP de Madrid, ha querido escenificar que el tiempo de las purgas tras los Congresos ha terminado. En un mensaje vía Periscope desde su sede de Moncloa – Aravaca, ha invitado a todos los afiliados a trabajar por un proyecto que persigue que el PP de Madrid siga creciendo como lo ha venido haciendo hasta ahora desde su mandato en la gestora.

Además de haber votado y votado bien, hoy el Partido Popular de Madrid ha dado una clase de democracia interna, unidad, liderazgo y libre participación, de la que buena nota habrán tomado en los partidos de la izquierda, y transmitido una imagen de estabilidad que la ciudadanía seguro agradecerá y sabrá valorar en las próximas elecciones.

Javier Trinidad