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El nefastón juez prevaricador e inhabilitado, Baltasar Garzón, sigue liderando la campaña contra el Valle de los Caídos, no se sabe bien si por su demolición/desaparición o por su transformación en laguna fórmula que garantice un «alojamiento de victimas» que satisfaga el sectarismo de la Memoria «histérica» del canalla de Zapatero. Es como la búsqueda de un símbolo para satanizar definitivamente el Franquismo e igualarlo al Nazismo de Hitler y el Fascismo de Mussolini, con los que maldito lo que tuvo que ver el Nacional Catolicismo español.

Semejante y torcido propósito alberga, nada menos, que la alteración del descanso en paz de 38.833 victimas/caídos de ambos bandos de nuestra guerra civil. Con tal de conseguir lo que para aquellos rojazos, tipo Zapatero, Sánchez y compañía, que solo quieren recordar a las víctimas de un bando, el suyo derrotado, e ignorar el muy superior numero de asesinados  por los rojos, siempre con mayor ensañamiento, odio y ferocidad, su principal objetivo es desenterrar con odio y deshonor los del Generalísimo Franco  y el de Jose Antonio, lider de la Revolución Nacional sindicalista (¡quien la pescara hoy!).

O sea, no les guía ningún afán de justicia ni de memoria histórica; solo el odio, la venganza y la satanización de la mayor etapa de progreso de España en todos los órdenes.

La victoria de Franco y sus tropas nacionales sobre las rojas la quieren convertir en imposible derrota y tardía venganza. Para ello utilizan toda clase  de insultos, ofensas, sarcasmos y groserías, como a los perpetrados por ese par de asquerosos periodistas, «Wyoming»(no saben cómo lamento llevar el mismo apellido que este memo) y Dani Mateo, en su repugnante espacio «El Intermedio» de la Sexta TV, cuando el tal Mateo dijo literalmente lo siguiente: «Franco quería una cruz muy grande para que se viera de lejos porque nadie va a querer ver esa mierda de cerca». ¿Puede alguien expresarse de forma más ruin y miserable?. Afortunadamente la Audiencia Provincial de Madrid ha admitido a trámite la querella presentada al respecto por la Asociación de Defensa del Valle de los Caídos.

Lo que Pilar Rahola, otra que tal baila en su rojerío separatista y de odio a España, se permite denominar como «mausoleo fascista erigido a mayor gloria de un tirano», solo es, en la intención de Franco y la de todos los españoles de buena voluntad QUE VIVIMOS AQUELLO, UN MAUSOLEO PARA LA  PAZ Y LA RECONCILIACIÓN. Tal y como demuestran esas 38.833 víctimas de los dos bandos de la guerra civil allí enterrados y cuyo descanso se propone perturbar esta cuadrilla de imbéciles trasnochados que solo pretenden resucitar el odio y el espíritu de venganza de la derrota.

Y mientras tanto, como de costumbre, la Iglesia, que titulariza la propiedad de la Basílica y su culto, con su ambigüedad y silencio también de costumbre, incapaz de defender a los que vencieron en aquella guerra civil que Ella, la Iglesia de Roma, bautizo como CRUZADA.

Manuel Monzón