Opinión

A Trump le crecen los fantasmas y los enemigos

El presidente de los EEUU, Donald Trump, es evidente que esta desatado, por no decir enloquecido, y también haciendo bueno aquello de que la historia se repite siempre porque los seres humanos somos condenadamente insensatos. Y ocurre porque los que gobiernan el mundo ni leen ni escuchan y suelen ir a naufragar en los mismos charcos o parecidos del pasado, incluso recientes en el orden histórico.

No se le ha ocurrido a Trump mejor forma de lucha en defensa de su liderazgo, que pretende incriticable y dictatorial, que enfrentarse con los medios de comunicación, la Seguridad y la Inteligencia de su País, y todo ello de manera mas bien torpe.

Que torpe es destituir a Comey, el ya ex Director del FBI, y  no contento con cargarse a quien en la pasada campaña electoral fue modelo de neutralidad, investigando tanto los mails de Hillary Clinton como las presunciones «rusófilas» de Trump, va y una vez destituido, le amenaza para que se calle, diciendo que ha grabado todas las conversaciones con el. Y como complemento insensato también «se ha pasado por la piedra al General asesor de Seguridad Nacional.

Un autentico prodigio de irresponsabilidad de quien, en su dedo pulgar, el que aprieta botones, está nada menos que la paz y seguridad del mundo, en estos momentos en manos de los «locatis» Trump y el coreano boreal Kim Yosum.

Como era lógico esperar la prensa no se «acollona» sino que contraataca. Asi, el New York Times y el Washington Post han ampliado sus plantillas, para demostrar a Trump su mayor vigencia en esta etapa de odio presidencial y para dedicar efectivos y recursos al «Rusiagate», con el convencimiento de que el Presidente oculta contactos, amistades y negocios con el mas peligroso de los rivales; con Rusia. Todo ello mezclado con el increíble y hasta infantil chantaje al ex Director del FBI, amenazándole con haber grabado las conversaciones con él. Veremos lo de las tales cintas si Comey empieza a filtrar o a directamente a «soltar·»

El clima se parece al de 1974, cuando en una rueda de prensa, el Presidente Nixon estalló: «en 27 años de vida publica nunca he visto u oído  informaciones tan monstruosas, maliciosas y distorsionadas».  Y  después de lanzar una diatriba a los periodistas, concluyó: «No se lleven la impresión de que despiertan mi ira. Como saben, uno solo puede enfadarse con aquellos a los que respeta». Entonces también había cintas grabadas y ex jefes del FBI de por medio y un entorno presidencial  animando al Presidente a subir el tono de sus amenazas.

Y ya sabemos como acabo el «Watergate»; con el Presidente Nixon a la calle. Eso si,en aquellos días no existía Twiter para desfogarse.

Manuel Monzon

17 mayo, 2017

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *