Por fin alguien caracterizado se ha atrevido a «cantarle las cuarenta » de su inoperatividad al Presidente Rajoy y al líder de su inútil oposición, «el divino Sanchez». El ex Presidente Jose Maria Aznar ha advertido que la reforma constitucional apresurada que se pretende abordar  y que han acordado ese par de ineptos antes citados no debe ser el pago a plazos de lo que ahora no queremos «pagar al contado» al secesionismo catalán. Tal advertencia la ha hecho Aznar, con valor patriótico y político, en la primera reunión de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales ( FAES ) celebrada fuera de Madrid.

En Catalunya el secesionismo, liderado por las autoridades de la Generalitat y el Parlament, ha roto y destruído el pacto constitucional en que se basa la existencia de nuestro Estado y la respuesta efectivamente no puede ser una apelación genérica a la reforma de la Constitución en semejantes circunstancias de traición y secesión consumadas, añado yo a lo dicho por Jose Maria Aznar. El independentismo catalán ha pasado todas las lineas rojas imaginables y viene interpretando, con razón, los silencios y ambigüedades de Gobierno y Oposición como debilidad y no como prudencia. Además el señor Aznar  ha advertido también sobre el claro riesgo de contagio. El ex Presidente ha citado como ejemplo Valencia pero igualmente  pueden serlo innumerables territorios españoles y europeos.

No es momento de abordar presionadas y complicadas reformas constitucionales ni de hacer, en las circunstancias emocionales en que todos nos encontramos, elecciones inmediatas de ninguna clase, ni autonómicas ni generales. Lo necesario, ante la clara rebelión independentista de las autoridades catalanas, es aplicar CON TODA DUREZA el artículo 155 famoso, intervenir la Autonomía catalana, suspender en el ejercicio de sus cargos a todas esas autoridades y sustituirlas transitoriamente, por el tiempo que se determine, por otras gestoras designadas por el Estado, que permitan la continuidad gubernamental y legislativa en Catalunya  PERO NO DIRIGIDA POR LOS MAS QUE CONSUMADOS TRAIDORES Y SEDICIOSOS Puigdemont, Forcadelll, Junqueras y compañia.

O se procede con la dureza necesaria e inevitable para mantener la unidad de la Patria ( ¡que harto estoy de las palabritas «Pais» «Estado» «democracia» y «libertad», utilizadas  como coartada para este larguísimo proceso  de sedición y traición! ) o se llevará a cabo esa cacareada independencia que están consiguiendo, sobre todo, no los políticos sino esos centenares de miles de personas que son capaces de sacar a la calle continuamente las ANC y Omnium para protestar y oponerse a y contra cualquier medida de las Instituciones del  Estado. Con ese gentío fanatizado no hay manera de dialogar nada. El único lenguaje que esas masas fanatizadas sólo puede ser bien el del sometimiento por la toma de la calle por la fuerza o la presencia, arriesgada y peligrosísima, en esa calle de otras masas españolistas, como ocurrió el domingo  8 de octubre .

Y la aplicación del 155 debe ir acompañada de la decisión sin marcha atrás de imponer todo lo ordenado por la Autoridad Judicial a todos sus niveles, lo que probablemente conducirá sin remedio, una vez desposeídos de sus cargos, a la detención y comparecencia ante la Justicia de todos los Puigdemont y demás pandilla. Detención que habrá de hacerse posible en contra de la segura presencia de esos centenares de  miles de fanáticos separatistas que sus organizadores sacan a la calle con toda facilidad . Guste o no guste  la única solución que queda  es el de  «a por ellos».

Manuel Monzon