El Iberismo, defiende una unión gradual, lenta pero constante, en la que trabajemos sobre todo la socialización de dos pueblos enfrentados durante años. Una integración en la que Portugal y España den paso a un proyecto grande, nuevo y joven.

​Nosotros afirmamos que España tiene que ser respetada en el proceso de integración y que sólo ella y Portugal, son las competentes para llevar a cabo dicho proceso, sin que esto impida que nuestro país, inicie las modificaciones pertinentes (cómo la federación), para facilitar ese proceso.

Nada es eterno. Con la ejecución del proyecto iberista, es inevitable la desaparición de España, cómo en su día lo hicieron Castilla, Aragón, Navarra y Granada.Nuestro país evolucionaría hacia el objetivo, para el cual, fue creado: La integración peninsular.

La desaparición de España, puede ocasionar dolores de cabeza. Cualquier evolución puede ser vista cómo una ruptura nada deseable por nuestra parte. Pero tengan en cuenta que a lo largo de la historia hemos sido conquistados, asimilados, separados, reconquistados, enfrentados, colonizados o evangelizados. Y que la España que conocemos, tiene 206 años.

Hace más, hace 549 años, Los Reyes Católicos pensaron que la unión de las coronas, daría la posibilidad de crear algo, que era mucho mejor que lo que hasta ahora habían conocido. Castilla y Aragón, hasta no hace mucho, habían estado en guerra y en cuestión de años, fueron capaces de configurarse en dos reinos unidos por una sola corona.

E incluso, el haber estado en guerra con Portugal en 1475, no impidió que 19 años más tarde se firmase el Tratado de Tordesillas y que una nueva política matrimonial permitiese que Miguel da Paz fuese heredero de Castilla, Aragón y Portugal.

El iberismo puede volver a unir los pueblos separados. Iberia es el proyecto final que llevamos años intentando alcanzar. España y Portugal pueden (y deben) sacrificarse en pro de un objetivo mucho mejor y más grande.

¡Iberia será!

Ginés de Lara

@InfanteDeLara