Opinión

Fusilando nombres: Cunqueiro

Álvaro Cunqueiro es uno de los grandes desconocidos de nuestra literatura. La lista de la Cátedra de la Memoria Histórica de la Complutense lo ha incluido como persona a la que hay que repudiar por su pasado vinculado al régimen, olvidando que fue miembro del partido Galeguista (nacionalismo gallego) durante la República y que si estuvo en Falange durante la guerra fue por no acabar fusilado.

No es complicado intuir que con su cultura y sentido del humor, siendo don Álvaro paisano de Franco, tuviera fácil acceso a puestos relevantes en el periodismo. Prueba de ello es que en 1939 trabajó en Madrid para ABC, si bien ya en 1943 decide desvincularse de Falange, siéndole retirado por ello el carnet de periodista.

MerlinExiliado en su Galicia rural en 1955 escribe en su lengua “Merlín y familia”. Luz en una España negra, pura magia, lirismo y humor entre el hambre y la desolación de un país. Juzgar desde una Cátedra en la España de hoy o vestir a los Reyes Magos del artúrico Merlín es bastante más sencillo que abstraerse de la decadencia de la postguerra y apostar desde una lengua perseguida por la diversidad cultural, de razas, credos y tradiciones.

Pedir ministerios plurinacionales o abogar por una alianza de civilizaciones con funcionarios, subvenciones y sueldos millonarios de organizaciones internacionales, no tiene el mérito de jubilar a Merlín en un pazo gallego para traer a la Galicia más profunda a personajes fantásticos e históricos de todas las naciones. Supo crear un Universo desde su propia casa.

Mezclar en un relato y con completa naturalidad a vivos y muertos antes del boom del realismo mágico, es pura vanguardia. Me fascinan los autores socialistas latinoamericanos que supieron abstraerse de sus dictaduras con la magia del cuento, pero las fechas de las publicaciones no engañan, y Cunqueiro, fue precursor de ese movimiento. Me apena que esos autores no lo hayan tratado como a uno de los suyos.

images cunq 1Hoy en día, amparados por la libertad de expresión, se puede criticar insultando desde el anonimato de Twitter, pero admiremos cómo se trata con ironía y sátira a personajes como el enano de Belvis o de las Pamelas, cuyo nombre nadie sabía (salvo el autor), correveidile de palacios, enamoradizo pese a su soltería y que se tenía por hidalgo, lo que igual era una forma de acordarse de alguien de poca talla, que provocó la peor de las pesadillas de millones de españoles: la guerra.

Por tanto, señores académicos y jueces de la historia nombrados a dedo por la señora Carmena, no aboguen sólo por la libertad sino también por la capacidad de expresión. No se crean todo lo que viene en wikipedia y antes de salir a la calle a fusilar nombres, bébanse de un trago, en menos de lo que dura la gala de los Goya, a todo un Merlín y familia. Una orgía de lirismo y tolerancia. Cultura para la paz y la belleza desde el infierno de una dictadura.

Epitafio Cunqueiro

@jlmhens

14 febrero, 2016

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