La elegancia empieza por el calzado. Si los zapatos son de segunda clase, nuestra imagen quedará definitivamente dañada. Valen más un par de zapatos buenos que cuatro pares baratos. El caballero que se viste por los pies tiene ganados un par de tantos.
El autentico caballero es aquel que no deja nada a la improvisación. Siempre con la corbata perfecta, el pañuelo acertado, y sobre todo, los zapatos impecables. En cualquier caso, la mala elección de un traje puede dar al traste con una operación financiera o una reunión de negocios. Un empresario o un profesional que quiera afianzarse en sociedad debe cuidar su formación intelectual, y el atuendo es su primera tarjeta de presentación.
Como diría Honoré de Balzac: “El burro se cubre, el rico se adorna, el fatuo se disfraza, el elegante se viste”.
Manual del buen vestir:
* El puño de la camisa debe sobresalir, como mínimo, un centímetro por debajo de la americana.
* Los zapatos son el broche de oro de cualquier traje. La hebilla no es siempre adecuada, por eso, se aconseja apostar por los cordones.
* La americana de dos botones abrochar solo el superior.
* El pañuelo siempre a juego con la corbata o la camisa.
* El cinturón siempre combinando con los zapatos.
* El color de la camisa debe ser claro, es vital, en las reuniones de trabajo.
* Ten en cuenta la hora del evento o reunión para elegir el color del traje.
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