El primero de marzo nos deja una intensa jornada: por un lado, Arnaldo Otegi es excarcelado y por otro Pedro Sánchez habla ante el Congreso para ser investido Presidente del Gobierno de España sin los apoyos suficientes.

Es impresionante lo maleable que puede llegar a ser la sociedad defendiendo la excarcelación de Arnaldo Otegi y emitiendo afirmaciones del tipo “no se pueden encarcelar a personas por sus ideas”. Arnaldo Otegi es un dirigente etarra que fue condenado por ser un dirigente etarra, y que, como buen dirigente etarra, a día de hoy aún no ha condenado los asesinatos de la banda terrorista a la que pertenece. Por otro lado, tenemos a Pedro Sanchez que suplica que le voten a favor esos mismos que aplauden la excarcelación de un etarra. También, pide que le apoyen más grupos con un discurso que no convence a nadie y que busca contentar a todos. Vasile, encontró mejores estrategas para entrar en mi vecina casa de GH VIP que este buen hombre.

Pedro Sánchez juega constantemente a la ruleta, sin miramientos, sin control, prometiendo lo imposible, intentando llegar a acuerdos con los amigos de la ETA mientras la sociedad impertérrita no reacciona antes los graves hechos que se están produciendo. A lo que yo me pregunto: ¿Son los jóvenes conscientes de lo que está pasando en España en estos momentos?

Como joven preocupado de mi futuro y el de la sociedad, estoy preocupado por la radicalización que se respira en las calles, estoy preocupado por la fragmentación, por aquéllos que sólo saben mirar a un futuro bajo el prisma de un pasado, con el que excitar revanchismo en nuestro presente. Olvidémonos de guerras, olvidémonos de diferencias, trabajemos por lo que todo el mundo quiere y necesita: bienestar, trabajo, derechos y familia. No podemos permitir que se instalen ideas que no corresponden a nuestra sociedad, a nuestro tiempo, avancemos al futuro, porque trabajar por la sociedad no es de izquierdas o de derechas, es simplemente humanidad.

Charlie Guadalix