Actualidad, Madrid

Ricardo Díaz: «Hay que olvidarse de los sillones y pensar más en los españoles»

Ricardo Díaz, hasta hace algo menos de un año entregado a la Universidad, ha dado el salto a la política manteniendo un pie en las aulas, en la investigación, en la docencia, en las publicaciones. Es uno de los perfiles por los que ha apostado Ciudadanos bajo su lema de renovación y regeneración. Y lo ha hecho en una plaza dificilísima: Boadilla del Monte. Un feudo en el que Antonio González Terol, el alcalde, ha obtenido los segundos mejores resultados del PP en toda España, en las pasadas municipales.

 ¿Qué balance haces después de casi un año de gobierno del alcalde Terol?

En la gestión municipal ha existido un continuismo en lo positivo y en lo negativo. Boadilla es un municipio que recibe fuertes ingresos a través del IBI, lo que permite tener unas cuentas aseadas. Sin embargo, el municipio se enfrenta a una serie de problemas graves todos ellos generados por un Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que pasó el trámite de aprobación de la Comunidad de Madrid por silencio positivo y que prevé duplicar la población en unos pocos años. Por otra parte, seguimos teniendo carencias como la incapacidad de generar espacios de convivencia vecinal que eviten los vicios de las poblaciones dormitorio, además existe una elevadísima rotación en la apertura y cierre de negocios, no tenemos lugares de esparcimiento para la juventud, la oferta cultural es escasa, el transporte sigue siendo una asignatura pendiente, al igual que la transparencia en la gestión municipal que debe que superar el actual “nivel maquillaje”, o la participación ciudadana que aún es muy escasa. Todo ello, tiene mucho que ver con la perpetuación en el poder por mayoría absoluta del mismo partido político.

¿Qué ha aportado y está aportando Ciudadanos a la vida política municipal?

En la política municipal ha existido una crispación histórica entre las diferentes oposiciones y el Gobierno Municipal del PP. Ello se debe principalmente a los flagrantes casos de corrupción que lamentablemente han hecho famoso a Boadilla. La llegada de Ciudadanos al Consistorio está aportando una leal oposición de control al Gobierno Municipal, basada en el respeto a los demás partidos políticos y la tolerancia cero a la corrupción. Estamos limando pasadas crispaciones, realizando propuestas sensatas, escuchando a los vecinos e intentando ayudarles a resolver sus problemas desde nuestra posición.

¿Qué cosas deben cambiar en Boadilla del Monte?

Sin duda, lo urgente es modificar el PGOU que desarrolló el PP en la anterior legislatura. Es imprescindible lograr que no se produzcan desviaciones al modelo urbanístico actual que caracteriza la calidad de vida de Boadilla. El presente PGOU va a generar problemas y conflictos, como el surgido recientemente por la indefinición normativa sobre gasolineras, y que puede originar la instalación indiscriminada de surtidores de combustible en cualquier calle del municipio donde pueda haber locales comerciales.

Otro asunto a resolver es el del transporte, problema endémico del municipio, que se agravará por la duplicación de la población prevista por el PGOU.

En lo que se refiere a gestión municipal es necesario aumentar la participación ciudadana y favorecer la transparencia, dotando de mayor apoyo a quienes tienen la labor de controlar la acción de gobierno y haciendo que los procesos de control sean más sencillos y rápidos.

¿Ha acabado el PP con la corrupción en Boadilla? ¿Es un fenómeno de tiempos pasados o presentes?

Ese es el deseo de todos los que formamos parte de la Corporación y de todos los vecinos. Ahora bien, cuando se habla de “la mochila de corrupción del PP” inherentemente se da a entender que la corrupción es un equipaje ajeno al partido y del que puede deshacerse fácilmente. La realidad es que ayer mismo supimos que la fiscalía anticorrupción pide sentar en el banquillo al Partido Popular por lucrarse en la trama Gürtel de Boadilla. Las informaciones apuntan que el perjuicio para el Ayuntamiento está entre los 200.000 y los 4 millones de euros. Por tanto la corrupción del PP, más que “una mochila” o cuerpo externo que puede abandonarse a voluntad, parece un miembro del mismo cuerpo integrado en su organización a modo de cáncer. De hecho, detrás de la Gürtel cronológicamente aparecen otros casos y casi todos localizados, cual metástasis, allí donde el PP tiene mayorías absolutas. Con todo ello, personalmente nunca he dudado de la buena fe y honestidad del alcalde, pero los antecedentes y las cadenas de favores que se estilan en su partido, unido a las reiteradas mayorías absolutas del PP en Boadilla, no nos permiten confiarnos.

Por otra parte, cabe preguntarse si el alcalde va a pedir a su partido la devolución del dinero supuestamente hurtado a los vecinos de Boadilla por el PP, con la misma vehemencia que ha empleado en otros casos.

¿Qué déficits tienen los vecinos de Boadilla de servicios públicos?

El principal déficit es el transporte. Por una parte, la baja velocidad del tren ligero lo hace poco competitivo y por ello es muy poco utilizado por los vecinos para acceder a la capital. El actual gobierno municipal tampoco ha hecho mucho por aprovechar el bajo uso del metro ligero. Podría haber gestionado la gratuidad para los vecinos en los viajes entre paradas del mismo municipio. Esto lograría una vertebración desde Montepríncipe hasta el Sector B, pasando por el casco antiguo; lo que permitiría una mayor movilidad vecinal muy positiva sobre todo para el comercio.

Por otra parte, no hay buenas conexiones de autobuses con los pueblos de alrededor, tanto para acudir al hospital Puerta de Hierro, como para llegar a centros de ocio donde acuden nuestros jóvenes por la falta de oferta lúdica en Boadilla.

¿Cuál es el origen de la polémica de la gasolinera? Frente a la Urbanización Jardines de Valenoso hay vecinos que aseguran que cuando compraron la vivienda no fueron advertidos de su construcción…

El origen es una interpretación errónea de la ley de hidrocarburos. Con la intención de liberalizar la venta de hidrocarburos, la Ley estatal habla de habilitar áreas comerciales para las instalaciones de venta de carburantes al por menor. Sin embargo, el Estado no tiene competencias sobre el suelo y es la Comunidad de Madrid, o en su defecto cada ayuntamiento, quienes deben tener previsto el número y lugar de ubicación de estas instalaciones, en función de las necesidades de población, tráfico, estudios medioambientales, requisitos de seguridad y otras muchas motivaciones.

IMG_6841En este caso, el Gobierno Municipal del PP se justifica indicando que la Ley de Hidrocarburos “obliga” a dar los permisos a estas instalaciones. Sin embargo, la Ley únicamente da la posibilidad de habilitación de suelo. Obviamente, si diera carácter de obligatoriedad, estas instalaciones proliferarían de manera indiscriminada donde hoy hay una frutería o un restaurante. La concesión de esta gasolinera sienta un peligroso precedente en nuestro municipio.

Por otra parte, lo deseable hubiera sido que la Comunidad de Madrid tuviera previsto el número de instalaciones para Boadilla y que el PGOU contemplara estudios de ubicación. Sin embargo, tampoco existe ningún tipo de previsión en el PGOU, evidenciando una vez más sus carencias. Precisamente, la inexistencia de estos estudios en el PGOU hace necesaria su modificación.

En cuanto a cuestiones formales, no constan en información pública las alegaciones de la Asociación Nacional de Hidrocarburos que, según declaraciones del Concejal de Urbanismo, fueron incorporadas al PGOU y que dieron origen a la posibilidad de introducir surtidores en cualquier parcela comercial. De no haberse llevado a información pública esta alegación, que modifica sustancialmente los usos del suelo, se habría producido un vicio de nulidad por defecto de forma y el PGOU podría ser nulo. Además, se evidencia una total falta de transparencia en la gestión de la tramitación de un plan de ordenación urbana que prevé duplicar la población en Boadilla.

¿Está gestionando el gobierno municipal la ‘crisis de la gasolinera’ con la responsabilidad adecuada?

Sinceramente creo que no están escuchando a los vecinos. Las familias han escogido Boadilla para criar a sus hijos por su modelo y calidad de vida, hipotecándose por muchos años. Estos personas temen que sus esfuerzos e ilusiones se vean truncados por la construcción de una gasolinera frente a sus viviendas. Esta instalación no sólo genera una notable merma de calidad de vida, sino un riesgo muy cierto de salud y seguridad para quienes van a vivir a 25 metros de un tanque de 50.000 litros de combustible. ¿A algún padre de familia le gustaría hipotecarse por años para criar a sus hijos en esta situación?

Pero además, la lógica, la sensatez y el sentido común nos dice que esa instalación es propia de un polígono industrial y que rompe absolutamente con el orden urbanístico de nuestras modernas áreas residenciales. En el colmo de la incoherencia, la instalación está a 10 metros del paso de una vía pecuaria, que el mismo Ayuntamiento señalizada recomendando su “conservación”.

Lamentablemente, el Gobierno Municipal observa este problema como un ataque al “mantra” de su perfecta gestión. El alcalde se justifica trasladando la responsabilidad a las familias afectadas. Ha declarado en medios locales que los vecinos, que son los damnificados y perjudicados, deberían haber hecho alegaciones al PGOU, como si fuera lógico esperar la construcción de una gasolinera a 25 metros de una fachada; y obviando que la redacción del PGOU corresponde al anterior Gobierno Municipal del PP y que las alegaciones de la Asociación Nacional de Hidrocarburos no parece que se llevaran a información pública.

No debe de ser fácil hacer oposición al segundo alcalde del PP más votado de toda España…

El PP ha hecho famoso al municipio de Boadilla por ser el epicentro de la trama Gürtel.

Aún así, se renuevan sistemáticamente sus mayorías absolutas, lo que prima las actitudes tradicionalmente imperativas y prepotentes del Gobierno Municipal.

En esta situación, lo fácil sería gestionar la frustración de no poder hacer nada frente a una mayoría absoluta y acomodarse a la resignación del “no hay nada que hacer”. Sin embargo, en Ciudadanos no perdemos de vista a los votantes a quienes representamos porque no hemos venido a calentar sillones. Somos profesionales que estamos aquí por pura vocación de dar un servicio a nuestro país con el fin de regenerar la vida política. No hemos entrado en un partido a hacer carrera profesional. Además, nadie nos dijo que esto sería fácil. Lo importante es hacer lo correcto, y hacer lo correcto casi siempre es el camino complicado.

¿Cuáles son los desafíos y las iniciativas que va a plantear en términos municipales este 2016?

Las iniciativas y la hoja de ruta están planificadas en el programa con el que acudimos a las elecciones municipales. Lamentablemente, casi todas las propuestas que presentamos han sido denegadas por el rodillo de la mayoría del PP. Seguiremos presentando iniciativas para resolver los problemas más importantes del municipio (transporte, urbanismo y medioambiente, rotación de comercios, etc.,) que antes hemos señalado. Y desde luego, haremos seguimiento de los acuerdos que sacamos adelante en el Pleno del Ayuntamiento. Un ejemplo es el desarrollo del Pacto de los Alcaldes, que es la iniciativa urbana más grande del mundo en materia de clima y energía; y que obliga a la realización de una serie de actuaciones en unos plazos muy concretos.

¿Sería bueno para España un gobierno PP-Ciudadanos tras el 26J?

En primer lugar, lo que sería bueno para España es que seamos capaces de tener un gobierno. Ciudadanos seguirá defendiendo el diálogo y el acuerdo como la mejor forma de hacer política en el siglo XXI. Tenemos que olvidarnos de los sillones de cada uno y pensar en las medidas que son buenas para los españoles.

A partir de ahí, hay que tener valentía para ser contundente contra la corrupción y llevar adelante las reformas necesarias para España. La Comunidad de Madrid está siendo un gran ejemplo de región implacable contra la corrupción y que, a la vez está sabiendo modernizarse gracias a las 76 medidas que formaron parte del acuerdo de investidura firmado por Ciudadanos con Cristina Cifuentes.

3 mayo, 2016

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