Madrid, Opinión

La tauromaquia deja paso al cotilleo, la nueva Fiesta Nacional

Ahora lo progre es atacar a la tauromaquia y querer borrar de un plumazo aquello que García Lorca llamaba la cultura de la sangre.

En España, este país que unos cuántos intentan descuartizar, la Fiesta Nacional ya no son los toros. La nueva y verdadera Fiesta Nacional es el cotilleo, el chisme, el espectáculo vergonzante en el que se suelen llamar del corazón a los asuntos de la entrepierna y de la carencia de moral. Antes, para hacerse ricos, comprarse un cortijo y un Mercedes, los chavales querían ser toreros. Ahora, para hacerse ricas, las zagalas se acuestan con un torero, que les hace una panza y ya están toda su vida viviendo de contarlo en la tele. Privada o pública, da lo mismo. No sé de qué protestan los taurinos. La verdadera Fiesta Nacional no son los toros: es el famoseo del corazoneo cutre. Del “pan y toros” hemos pasado a “televisión y cotilleo”. Eso es lo que enajena, chifla y desatina al pueblo, para sosiego y calma de gobernantes. Ahora lo que se impone es el chisme, esa noticia, según la RAE, “verdadera o falsa, con que generalmente se pretende indisponer a unas personas con otras o se murmura de alguna”.

De los chismes viven las televisiones y sus gerifaltes. Sin ir más lejos, hay un Cronista de la Corte, que sabe las cosas que pasan, las que van a pasar, las que nunca pasaron ni pasarán y las que por co…ronas tienen que pasar, para que él siga haciéndose rico en su chismorreo pseudomonárquico de los platós que le llenan el plato. Esto por la parte de los palacios. Que por la de las chozas, barracas y palafitos, ni te cuento. Toda pelandusca de tercera regional que se pasó por la piedra a futbolista goleador o torero de postín alcanza inmediatamente la calificación de famosa. Cría fama y échate a dormir, no. Tras intercambiar fluidos con famoso, échate a recorrer platós cobrando, que te harás rica.

El chisme es una industria nacional de la que viven algunas televisiones privadas. Y la antigua televisión-basura, convertida en una deyección televisiva con programas de mierda, es también el fin escatológico de las televisiones publicas.

Empezando por TVE que suprime partidas económicas para la Fiesta Nacional.

En este canal, muy pronto vetaran también que esos hombres-anuncio llamados “toreros mediáticos” salgan en la para ellos es una rentabilísima bosta del corazón de verano y corazón de otoño, pero siempre corazón de detrito, chisme, heces y cotilleo.

@marisaarcas

23 mayo, 2016

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *