“La oración me da mucha fuerza. Ha sido una ventana para salir de esta celda. Mi cuerpo se mantiene preso pero mi alma y mis pensamientos se mantienen en libertad”. Esta declaración es un fragmento del libro Preso pero Libre, recientemente publicado, construido a partir de las notas que el líder opositor venezolano Leopoldo López ha ido escribiendo en la cárcel de Ramo Verde, donde se encuentra injustamente preso desde hace dos años por oponerse al régimen chavista.
El caso de Leopoldo López encarna la realidad de lo que actualmente vive Venezuela, donde más de ochenta opositores son presos políticos o represaliados sólo por el mero hecho de enarbolar la bandera de la libertad. El país es una bomba de relojería; a la falta de pluralismo democrático, de independencia de poderes, de educación libre, de libertad de expresión o de la constante violación de los derechos humanos, se suma una crisis humanitaria sin precedentes en la que escasean los medicamentos y otros productos básicos.
El pueblo se muere de hambre, a esto les ha llevado la tiranía roja: ”¡Socialismo o muerte!” Así es: lo importante para el marxismo es la revolución y anular la libre voluntad del pueblo una vez toman el poder; antes y después el caos. La paz sólo es posible si se respetan los derechos humanos, existe alimento y los individuos son libres. Ni socialismo ni muerte, la mayoría del pueblo venezolano ha tomado el camino de la libertad; más de dos millones de firmas avalan un referéndum revocatorio contra Nicolás Maduro, defendido en las calles pese a la brutal represión de la Guardia Nacional Bolivariana y a su estela los paramilitares homónimos. El régimen chavista agoniza demostrando una vez más que el socialismo real se cultiva a costa de la vida ajena y la propiedad.
Hay exportaciones que son indeseables, como la del modelo venezolano que ofrece Podemos, agente de los cuatro jinetes del Apocalipsis. Venezuela lo advierte.
Analista política y escritora
Deja un comentario