Madrid, Opinión

Un libro con una especial historia…

Ha caído en mis manos una de las joyas más deseadas de la literatura taurina. Se llama Mi Gente, y lo escribió Pepe Dominguín. Salió a la luz en el año 1979 como exponente de lo que supuso para la tauromaquia la familia González Lucas y, a día de hoy, es imposible encontrar un ejemplar. Bueno, imposible, hasta que conocí a Matías, el librero del tendido 1 de Las Ventas.

No me voy a extender en la materia, pues tan sólo hace dos semanas que quise hacer, desde este rinconcito, mi pequeño homenaje a Luis Miguel gracias a un nuevo libro de Carlos Abella. ¿Lo recuerdan? Quizá no. Eso no importa. O incluso igual ni me leyeron. Pero si lo hacen hoy, no se lo pierdan.

Retomando el hilo de este artículo, les quiero contar cómo ha llegado a mis manos Mi Gente. Es una historia bonita, pues llevaba mucho tiempo detrás de un ejemplar, y no había forma de hacerme con uno. Hasta que el pasado miércoles se me ocurrió acercarme al puesto de libros que cada día de san Isidro ocupa su hueco en los pasillos de la Monumental.

Allí, entre títulos de sobra conocidos, mis ojos buscaban sin obtener resultados. Mientras Matías hablaba con un cliente, yo me empezaba a poner nerviosa. Le quería preguntar por el objeto de mi ansiosa búsqueda. No obstante, no podía dejar de mirar los lomos de lo allí expuesto. Hasta que lo encontré. Viejo, un tanto desconchado. Pero ahí estaba. Lo cogí en mis manos, y sentí ese algo especial que sólo entienden los que sienten, como yo, que un libro antiguo tiene muchas y distintas historias en sí mismo.

El cliente se fue. Y el librero me miró. Le dije: “si usted supiera la de años que llevo buscándolo”. Entonces, él quiso saber de mí. Sentí que me estaba haciendo pasar un examen. Como, si en mis respuestas, quisiera saber si ese libro iba a pasar a buenas manos. Le conté mis sentimientos por el toro, por la literatura. Y mantuvimos un precioso diálogo. Llegado el momento, solté lo que tanto ansiaba tener, y él me dijo, mientras me lo metía en una bolsa: “lléveselo a casa. Al fin se han encontrado”.

@empenha

Periodista y Doctora en Filología

3 junio, 2016

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