Por Diana Fernández

La burocracia también se cobra vidas. El crimen y la muerte han protagonizado capítulos enteros de nuestra historia. Crímenes pasionales, accidentes o guerras y aunque España tenga la ley como viga maestra ya lo decía Martin Luther King: “hemos aprendido a volar pero no el sencillo arte de vivir como hermanos”.

¿Cómo llega una persona a convertirse en un criminal? Esta cuestión que a menudo choca con la justicia y las leyes se responde escuetamente, sin necesidad de airear teorías. Esta simbiosis de elementos aparentemente irracionales es una norma de regla y compás. Paco Pérez Abellán, periodista y criminólogo considera que “el crimen suele ocurrir en personas normales que tienen la necesidad de enfrentarse a una situación muy grave en la que solo ve esa salida.”

«Hay criminales que buscan la fama»

Los crímenes que a menudo anidan en instintos animales y primarios suelen tener sus razones, según Pérez Abellán, en “intereses próximos y personales”. Respecto a estos y el tratamiento de los mismos por parte de especialistas considera que el tratamiento de la información criminal cada día pierde más precisión subrayando que “se ha perdido la escuela del periodista de sucesos”.

Hacer historia ha sido una aspiración para muchos. Ya lo hizo Hitler siendo uno de los mayores genocidas de todos los tiempos. Y parece que aún trascienden las coordenadas de la época y en palabras del entrevistado “hay un tipo concreto de criminales cuyo objetivo es la búsqueda de fama”.

Lo que ya se etiquetó como cuarto poder en tiempos históricos a juicio de Paco Pérez Abellán parece haber perdido importancia en la sociedad ya que “desgraciadamente cada día los periódicos tienen menos influencia en el comportamiento de las personas”. Sobre esto surge la curiosidad respecto a los casos en los que los medios retransmiten minuciosamente investigaciones policiales. ¿Hasta qué punto puede beneficiar a un criminal? “No afecta, hay muy pocos criminales que lean los diarios”.

«La pena de muerte se ha equivocado en muchísimos casos»

“En nuestro país se echan mucho de menos las políticas criminales”. Así denuncia la falta de legislación  el que destapó el asesinato del general Prim. En efecto, algo falla cuando somos testigos de un ritmo poético de crímenes siendo víctimas de “la mayor parte de ellos las mujeres, por ser más débiles y vulnerables”. En el mundo íntimo de las pasiones, los crímenes tienen un gran protagonismo, según explica Pérez Abellán.

Pero ya lo decía Antonio Saura en sus escritos, esta es “la cruda y salvaje belleza que anida en el ser humano”. Y aunque la nuestra sea una incorregible especie a la vez humana e inhumana, el criminólogo, según trasladó en la entrevista, seguirá empapándose en esta ciencia que intenta evitar el crimen.

@diana_fedz