Esta ha sido una semana complicada para el arbolado del barrio de Salamanca. Uno de sus bulevares más conocidos, el de la calle Juan Bravo, ha sido el escenario de la caída de, al menos, dos ramas de grandes dimensiones en los últimos siete días: una de ellas, a la altura del número 17 y otra, cerca del 25. Por suerte, ninguno de los dos desprendimientos causó daños personales —pese a estar sobre un paseo poblado de terrazas— y las ramas fueron rápidamente retiradas por los bomberos, que en los últimos dos años han realizado las mismas de intervenciones en el arbolado de la capital que en los cuatro años anteriores juntos.

Durante los años 2014 y 2015 se han duplicado las asistencias realizadas por los bomberos a consecuencia de desprendimientos de ramas o árboles en la capital, según un estudio elaborado por el grupo municipal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Madrid, que constata una tendencia peligrosa. En 2015 fueron 3.549 actuaciones y en 2014, 3254; en total 6.803 en dos años. Las cifras contrastan con las 1.779 de 2013, las 1.348 de 2012, las 1.403 de 2011 o las 1.616 actuaciones de 2010 que, en conjunto, suman 6.146. Por su parte, en lo que va de año, y a falta de que llegue el otoño, una época muy conflictiva por el azote de los vientos y las tormentas, los bomberos han llevado a cabo, al menos, 1.600 intervenciones en los distritos de la capital.

El más afectado hasta el momento es el de Ciudad Lineal, con 150 actuaciones, seguido por Fuencarral (136), Latina (128) y Moncloa (106). Las razones que han dado desde del Ayuntamiento para justificar el incremento de estos problemas son variopintas (enfermedades, edad de los ejemplares, contaminación…), pero en Ciudadanos aún recuerdan cuando, en julio y después de que un hombre perdiera la vida en Moratalaz al caerle una rama encima, Carmena advirtió de que los árboles «están vivos» y que, pese a las revisiones, pueden «fallecer de pronto».