Madrid

Fin a la fiesta merengue por todo lo alto

Después de 48 horas de fiesta, puro éxtasis y de liberar todas las tensiones adquiridad en más de 120 minutos, los jugadores, directivos y aficionados del Real Madrid pueden descansar tranquilos. Al menos algunos de los integrantes de la plantilla blanca ya se encuentran de vacaciones, aunque en los despachos de Chamartín empieza un duro verano de cara a planificar la próxima temporada.

Y es que los campeones de Europa por undécima vez no pararon desde que aterrizaron en el aeropuerto Barajas-Adolfo Suárez cerca de las seis de la mañana con la ‘orejona’ bien protegida.

Una vez ya en tierra se subieron al autobús descapotable para comenzar una rúa con paradas institucionales. Sin embargo, la primera era obvia. La diosa Cibeles esperaba junto a miles de aficionados merengues para que el capitán, Sergio Ramos, le brindara el trofeo a la par que le ponía la bufanda del Real Madrid y, como es tradición, le besara.

No importó que lloviese. Once Copas de Europa bien merecen una noche como la del pasado sábado, y más tras una temporada turbulenta como la que acaban de finiquitar los jugadores blancos con el mejor de los broches.

Tras esto, llegó el turno de las visitas institucionales. La primera fue en el Palacio de Cibeles, donde la alcaldesa, Manuela Carmena, homenajeó a los integrantes de la comitiva madridista.

En la recepción, el presidente del Real Madrid obsequió a la primera edil con una camiseta con el apellido de la alcaldesa y el dorsal uno a la espalda. Dentro del entorno festivo, Carmena agradeció a Florentino Pérez el regalo, aunque aseguro que más tarde se la pondría, pero no en el acto. Cabe destacar que en esta ocasión no hubo regalos como los ceniceros que Carmena dio a los jugadores del Real Madrid de Baloncesto.

Quien sí se puso la camiseta fue la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, que recibió a los campeones en la Puerta del Sol. Tanto allí como en el Palacio de Cibeles los jugadores salieron a los balcones para celebrar con los miles de aficionados que se agolpaban para festejar la Undécima con sus héroes.

Todo este perioplo, acabó, como no podía ser de otra manera, en el estadio Santiago Bernabéu, el santuario merengue.

Allí, con unas gradas repletas hasta los topes, aficionados, plantilla, cuerpo técnico y aficionados disfrutaron de una puesta en escena espectacular que sirvió para que los jugadores se dieran un baño de masas sin precedentes, propio de un título como el que conquistaron el sábado por undécima vez.

31 mayo, 2016

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